miércoles, 1 de julio de 2009

Solaris trajo su pop rock con acento argentino a Guayaquil...

Grupo argentino que visita Guayaquil.
su música en:
www.solarismusica.com


Por: Rafael Veintimilla Aragundi

LA BANDA QUE SURGIÓ HACE DOS AÑOS EN SAN ISIDRO PERMANECIÓ
TRES MESES EN ECUADOR Y PROMOCIONÓ SUS CANCIONES ABRIL Y NO

Existe un videoclip que aparece en la rotación de MTV Latino, en el que una mujer está atada en un sótano, mientras un hombre descifra las pistas, a través de varias fotografías.

Aquellas escenas forman parte de Abril, una de las 12 canciones que el grupo argentino Solaris promociona de su disco debut y homónimo.

Cuenta Pablis (Pablo Legerén), el vocalista y director del videoclip, que Abril hace referencia a una transición.

“En Argentina abril es un mes en el que se mezcla el cambio de estación, de otoño a invierno. La canción se relaciona con eso porque trata de alguien que tuvo algo con otra persona, pero que quedó inconcluso, como una especie de transición”.

A Pablis le apasiona también el cine, de hecho estudió esa carrera. Quizás por eso relata un poco la historia de Solaris como si fuese el guión de un largometraje. Y es posible que la historia de Solaris sea semejante a la de otras bandas como The Beatles o sus compatriotas Sui Géneris. Una historia en la que dos amigos se conocen en un salón de clases, o por lo menos en el patio del colegio, y comparten su pasión por la música.

Pablis y Cheff (Agustín Daverio) se conocieron en las aulas del San Juan en San Isidro (Buenos Aires). El primero lideraba el grupo Smile. El segundo integraba con Volumen Cero y no le gustaba la propuesta de Smile, una inclinada hacia el punk pop de Blink 182. La onda de Cheff tenía que ver con KISS (los ha visto dos veces en vivo) y otras bandas setenteras de hard rock como Aerosmith, Led Zeppelin o Deep Purple.

En 2007 Pablis conoce a Kevo (Christian Pena), quien era alumno del profesor de batería que tenía el bajista Pod (Rodrigo de Cos), durante un viaje a Córdoba.

Cuando Pablis estaba a punto de grabar con su grupo Smile en el estudio Data Rec de su barrio, Cheff, que iba a grabar en el mismo sitio con Volumen Cero, escuchó el trabajo de su amigo y se interesó. Luego en una tocada de Smile, sin el menor tapujo subió al escenario y le “serruchó el piso” al guitarrista.

Pod, el tipo de los brazos tatuados, fue el último en unirse al proyecto. Así nació Solaris, como un híbrido del rock clásico de Cheff, un estudiante de leyes y experto en cocina; con el pop de Pablis, el cineasta; más el punk de Pod, administrador de empresas; y Kevo, un especialista en ingeniería mecánica y de sonido.

Pero, ¿qué significa Solaris? La respuesta la tiene Pablis. “Surgió de una película rusa homónima que dirigió Andrei Tarkovski, basada en el libro de Stanislaw Lem. Según la trama, Solaris es un planeta que ejerce una fuerza superior sobre los seres humanos que se le aproximan y les permite ver sus sueños hechos realidad. Y para nosotros la banda es nuestro sueño hecho realidad”, explica.

Con la banda armada y sin perder tiempo, los cuatro de San Isidro se metieron al estudio para ‘cocinar’ su primer disco, con una base de las canciones de Smile, pero con los arreglos de guitarra de Cheff, quien es admirador de Ace Frehley, Joe Perry, Jimmy Page y otros.

Todo eso sin descuidar las presentaciones en vivo, en la que incluso telonearon a los estadounidenses The Ataris.

Para Solaris el ‘target’ siempre estuvo definido: las jovencitas. La idea de la promoción también estuvo clara desde que salió el álbum en 2008: primero la canción rítmica; luego el tema rebelde (No, que tiene algo de punk y rap) y como tercer ‘track’, Nada por mí, la balada melosa.

Según Cheff, esta última melodía es ‘cero watts’. Allí “las guitarras acústicas y un piano son la base”.

Las demás canciones que componen el disco de Solaris son: Silencio, Perdiendo el tiempo, Nunca más, Hey, Recuerdos, Ya no puedo, Estoy vivo, Tardes y Tormenta, que tocarán en la radio Punto Rojo, el 11 de julio próximo, y otros escenarios ecuatorianos durante un mes. Pero esa es otra historia.





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